domingo, 29 de marzo de 2009





















"CAMINAR ES UN SUEÑO..."

Caminar es un sueño...es ver las cosas de un modo diferente, es sentir la caricia de la luna y saber que las estrellas están contigo; no es dejar la realidad para evadirse ni vagar por lugares en desesperada carrera; es llevar la verdad de la vida a su más hermoso nivel y dar a las más mínimas cosas su justo valor.
Es para la niña el convertirse en mujer y para un hombre ser libre en su totalidad.
Es dejar que el canto de un pájaro o la risa de un niño se hagan música, es ver en la oscuridad una silueta iluminada que poco a poco toma forma, la forma de esa persona que hace que tu vida sea un regalo de alegría todos los días.
Es ver como las lágrimas que nosotros hemos dejado atrás se transforman en plantas cuyos frutos servirán para que otros no tengan que llorar, es integrar la realidad y la fantasía, logrando crear una armonía casi artística donde todos los elementos se compenetran.
Es no hacer mal a nadie, es sentir felicidad por la alegría ajena, es olvidar rencores y querer con sinceridad, es compartir en el momento preciso y retirarse cuando no se puede hacer nada más, es expresar sentimientos sin miedo, pero sin herir.
Es decir 'TE QUIERO' sin esperar recibir nada a cambio, es hacer regalos sin razón alguna, sólo porque el corazón así nos lo requirió, es saber cuándo debe ponerse la razón por encima del corazón.
Es no ocultar el brillo de nuestros ojos ante algo que nos agrade, es poder llorar si es necesario y poder tender nuestra mano si los demás lo necesitan, es dar todo de ti y saber como recibir si se te entrega el preciado tesoro que alguien guarda en su interior.
Es que tu mente vuele sin despegarse de la tierra, es saber distinguir las cosas, es estar siempre dispuesto a ayudar y saber pedirlo si no podemos solos; es habernos conocido aquí y allá y conservar los recuerdos de todo lo que ha sido el haber caminado juntos por esta vida.
Es haber podido decir, yo soy alguien, yo soy útil y necesario, es poder saber que aunque se derramen lágrimas, se reciban golpes y se sufra, siempre hay cosas buenas y bellas que nos impulsan a...

¡CAMINAR EN SUEÑOS...!!!

Autor desconocido

lunes, 23 de marzo de 2009

Me lo mandó una amiga

Lo acabo de recibir y me he reído hasta las lágrimas. Espero que lo disfruten. Esta es mi generación. Perdón si es muy extenso.

LOS CUMPLEAÑOS DE 60...70....

Los primeros cumpleaños, en mi lejana infancia eran en la casa del homenajeado.
Sólo se hacía chocolate con medialunas o vainillas y la torta casera era de bizcochuelo y dulce de leche.
En realidad no me acuerdo de ninguno en particular.
Por tercero o cuarto año de la secundaria te empezaban a llover invitaciones en cartulinas blancas con letras doradas: ¡Llegábamos a los cumpleaños de 15!
Ocho o diez años después, comenzaron los casamientos.
Luego llegaron los cumple de los hijos, de los amiguitos de los hijos, de los hijos de los amigos.
Esos cumpleaños ruidosos, con pibes llenando el departamento, arruinando sillones, alfombras y cortinas, ya que no se estilaba alquilar un saloncito para esos sociales.

Todo se volvió mas tranquilo en materia de cumpleaños, el cumple de los hijos en sus casas y el de los nietos en saloncitos, de 5 a 7 y media de la tarde y chau.

Hasta que alguien invento el cumpleaños del numero redondo, festejar 60, 70.
¡Y estuvo genial!
Yo no sé quien fue, pero que alguien fue, no tengo dudas.
¡Sí, señor!!
Por suerte está de moda encontrarte con gente vieja, gorda, pelada, hecha pelota, sorda, desdentada y canosa que alguna vez bailo, fue de levante y de joda con nosotros.
Es casi, casi la Fiesta de la Nostalgia.
Y de pronto nos invitaron a una, justamente cuando hacía mucho tiempo que no teníamos una salida formal, y había que ir bien empilchados.
- No tengo idea qué ropa ponerme - le dije a mi mujer.
- ¿Vos no tenés idea? -me contestó- ¿Y yo?, que la última vez que me sacaste fue cuando vinieron Los del Cuarteto Imperial al Club Comunicaciones.
Como faltaban varios días para la fiesta, nos empezamos aprobar trajes, camisas, vestidos, blusas, pantalones, zapatos, cintos y corbatas.
Todo nos quedaba estrecho, y no permitía que se prendieran los botones.
Lo que no nos ajustaba la panza, nos estrangulaba el cuello.
Los zapatos nos comprimían los dedos.
Los tacos altos eran un suplicio.
Nos sentíamos como matambres dentro de la ropa que nos oprimía.
Conjugábamos por primera vez ‘matambrear’, casi todo nos matambreaba alguna parte del cuerpo.
Fui hasta el ropero y le dije a mi mujer:
- Vos vestite en el baño. Cuando yo esté listo te aviso y nos encontramos en el pasillo.
Empecé por una camisa de seda, con un cuellito que estuvo de moda hace algún tiempo.
¿Cuanto hacia que no la usaba?
Sólo me prendió un botón. El de más abajo, el que ponen al final, justo el que queda adentro del pantalón y nadie se entera si prendió o no.
Como no había forma de abotonar los del medio pensé en algo que tapara esa desprolijidad.
Para disimular me puse un pulóver de lana, de esos elastizados, que al estirarse se bancan cualquier talle.
Me quedaba tan ajustado que me marcaba el ombligo con una perfección absoluta.
La voz nerviosa de mi esposa asomo por la puerta apenas abierta del baño
- ¿Y si les decimos que se nos enfermó la nietita y los padres tenían que salir? - dijo mi mujer con un bramido, como haciendo fuerza para cerrar un cajón, un baúl.... o un pantalón.
- ¡Noooo, le dijimos a José que íbamos a ir! - le dije.
Para taparme el monumento al ombligo, probé con un sacón de lana que venía con un cinturón ancho también de lana, de aquellos que se tejían a mano.
No me convenció demasiado, pero no tenía por ahora una salida más decorosa.
Luego intente con el pantalón del traje.
Sabía que sería el que demandaría el esfuerzo mayor. Subir, subió. Pero los ganchitos que lo tenían que cerrar ni siquiera se conocieron.
Usé el cinto. Le hice un agujero extra, bien en la puntita. Ajuste todo lo que pude, y cerro.
Intente respirar hondo, y no pude, solo respiraciones cortitas, como jadeos.
Luego comencé con los zapatos, agacharse para calzarlos fue titánico, no llegaba al piso ni de casualidad.
Comencé a putear bajito.
Transpirando y cinchando me calce los zapatos de cuero acordonados que me puse por última vez cuando fuimos al estreno de El Graduado.
Atar los cordones lo deje para más adelante.
El asunto fue tomar nuevamente la vertical.
Apoye mis dos manos en la parte de atrás de la cintura y palanqueé para enderezarme.
No fue fácil, pero lo logre.
Solo tuve que acomodar nuevamente toda la ropa que me había puesto.
Desde el baño escuché a mi mujer que seguía haciendo fuerzas, se apoyaba en las puertas, se agarraba del bidet y se quejaba como nunca la había escuchado.
Me puse una corbata para disimular que el botón de arriba no prendía y con los zapatos sin atar salí caminando como pude.
El saco del traje lo doble prolijamente y lo lleve colgado del brazo.
Nos encontramos en la mitad del pasillo.
Nos miramos. Mi mujer sollozó suavemente y solo atinó a apagar la luz del pasillo donde nos encontramos.
no nos podíamos mover, caminar, ni respirar.
Como todavía quedaban unos días la convencí para llevar a la modista la ropa que nos probamos. Habría que agregarle, cortarle, ponerle o sacarle (más ponerle que sacarle).
La modista arreglo vestidos y blusas, ensancho trajes y pantalones.
Fuimos al shopping a proveernos de lo faltante.
Cuando llegó el día del cumpleaños éramos otra cosa, nos movíamos con cierta gracia, incluso ensayamos a hacer como que saludábamos al llegar.
Después probamos una vez (una sola vez) a agacharnos, e hicimos como que bailábamos para saber de antemano si algo de aquello se rompería, se despegaría, se desarmaría o se descosería en algún momento.
Quedamos bastante conformes, pero nuestros hijos nos cerraron con llave por fuera y nos prohibieron salir vestidos así. Nos amenazaron con no dejarnos ver nunca más a nuestras nietas.
¡Pero nuestra rebeldía efervescente y sesentona no se rinde!
¡Saltamos por la ventana y contentos y rejuvenecidos nos fuimos al encuentro de los compañeros de una generación pujante y vital!
Abrimos la puerta doble.
José nos esperaba como si fuera una quinceañera. Le dimos el regalo a la vez que en un segundo observamos todos los invitados y pudimos ver que casi todos estaban matambreados.
El buffet froid estuvo estupendo, los mozos bandejeaban bocaditos, empanadas de copetín, brochetes de diversos gustos.
Luego invitaron a los comensales para que se sirvan de unas mesas perimetrales adornadas con manteles hasta el piso.
Jamones crudos, pavita, langostinos, quesos sabrosos, salmones y arenques.
Palmitos, aceitunas gigantes, mayonesas, tomatitos cherry con condimentos.
Luego, cuando sirvieron desde unos fuentones con mechero los platos calientes que se comían de parado comenzaron los problemas.
Raviolitos y ñoquis al verdeo.
Mollejitas fritadas con salsa cuatro quesos.
Choricitos de blanco de ave a la pomarola.
Camarones con salsa provenzal.
Todo bien servido a los 200 comensales que, apretaditos y de pie durante la recepción, sosteníamos un plato caliente con una mano, el tenedor con la otra, el vaso de whisky con la otra, saludábamos a un amigo con la otra y un leve pero persistente temblequeo de párkinson en todas las manos a la vez.
El desparramo de salsas fue inevitable.
Al toque me mancharon el traje 3 veces, una con salsa roja, la otra con aroma a ajillo y otra con una crema espesa.
Y, por fin pasamos al salón principal.
Nos sentaron en una mesa grande con otras personas.
- ¿Quién es el señor canoso que está al lado mío? -le pregunté en voz baja a mi mujer.
- Es Carlitos, fueron compañeros de la secundaria y es tu actual peluquero.
- ¿Carlitos?... Hace diez minutos que estoy conversando con él y no me daba cuenta de dónde lo conocía. Está hecho pelota. No se mantiene como me mantengo yo.
Giré, le pasé el brazo por la espalda y tratando de disimular le dije:
- ¡Carlitos viejo y peludo!... ¡Estás igualito Carlitos!!
- Y vos estás hecho bolsa - me dijo y empezó a toser de tal manera que la mujer se tuvo que parar a atenderlo.
- Levanta los brazos, viejo. Tomate una cucharada de este jarabe por favor, tenés que cuidarte, a vos te faltan dos años para tu cumpleaños de 70 y te quiero organizar una fiesta.
Enfrente a nosotros, en la misma mesa, estaba Beto con su esposa que se había puesto toda la pintura que encontró en la casa, incluyendo una mano de antióxido, otra de enduído, dos de fondo y dos de esmalte sintético.
Beto se me acercó y en secreto me dijo:
- ¿Te acordás de Mónica? ¿Te acordás que estaba que mataba? ¿Te acordás que todos estábamos enamorados de ella en facultad?
Algún gesto debo haber hecho porque mi mujer se avivo que hablábamos de minas y me pisó sin querer con los dos tacos aguja.
- ¡¡Mirá para la pista! ¡¡Salió a bailar con el marido, mirala!!! -me dijo Beto, babeándose.
Giré la cabeza y solo conseguí ver a una señora mayor, entrada en años y pero mucho más en nalgas que se movía con mucha gracia y poco esposo.
- No la veo -le dije- debe de estar bailando atrás de la gorda culona...
La conversación en la mesa se fue poniendo linda…
Todas las frases comenzaban con:
'¿Te acordás de...?
¿Vos estabas el día que...?',
'El que no está bien es...',
'¿Sabés quien tuvo otro nieto...?',
'Viste quién se murió…?'.
Cuando alguien trataba de recordar quién fue el que hizo tal o cual cosa en los años 60, aparecían los
'¿eeeehhhh?',
'¿Cómo era?...'
'El petiso...' '¿Cómo se llamaba el petiso?...

Y las conversaciones fueron más o menos así…
- ¿Y ustedes ya tienen nietos? – pregunto un invitado al que se le movía la dentadura postiza.
- Si, una - le decía la mujer.
- ¿Dos nietas ya?
- No, una sola.
- ¿Dos varones? ¡Mirá vos!
- ¡¡UNA, UNA NIETAAAA!
- ¿Neneta? Qué lindo nombre. Disculpá que no te escucho bien. Están poniendo la música muy alta. A ese jovencito que está con el combinado deberían calmarlo un poco.
…………………
- Acá tengo una foto de mis nietitas - le dijo mi mujer a otro invitado.
- Ni te molestes - contestó - sin los lentes no veo un pomo.
La fiesta estaba bien buena, el disc jockey pasaba de Zapatos Rotos a Yo en mi casa y ella en el bar y de La Lambada a La Felicidad.
De la pista me hacía seña un pelado que oficiaba de locomotora para que saliéramos a bailar con el trencito.
- ¡¡Vamos cheeee!! ¡Manga de aburridos!! ¡Cómo en los sesenta, negro! ¡Vengan cheee!
Dos veces me tenté y dos veces me senté. Dos veces me paré y dos veces mi mujer me pegó un pellizcón en zonas de compromiso, me aplicó el plan taco aguja y me gritó en secreto al oído:
- ¡¡Esperá a los lentos, si bailamos esto se nos descose todo!! ¿Por qué no vas a fumar un cigarro afuera con Carlitos y Oscar? Ahí viene el mozo ¿Te pido algo?
- Sí, pedime un trago largo con Hepatalgina, Chofitol y un toque de Sertal batido con bastante hielo. Estoy repitiendo todo lo que comí. Ya vengo.
- Mi amor - me dijo mi mujer cuando me paré- llevá el celular por las dudas y llevá también este papel con el numero de mesa anotadito que después te la pasas buscando por todo el salón.
Afuera aprovechamos para recordar todas las minas que estaban buenas y nunca nos dieron pelota, todos los nabos a quien les quedamos debiendo una trompada y todos los campeonatos que nunca ganamos.
En la vereda de enfrente alcanzamos a ver que Beto hablaba con una señora, le mostraba la cédula y le preguntaba dónde quedaba el salón en el que estaba un rato antes festejando un cumpleaños de 70.
El baño estaba de lo más concurrido, flojos de vejiga y prostáticos agrandados nos encontrábamos a cada rato en los mingitorios.
¡Eso sí que estaba divertido!!
Desde adentro, el tipo del parlante avisaba que había aparecido una señora llamada Raquelita y no encontraba la mesa y que estaba junto al tipo que pasaba la música. Que fueran a retirarla allí.
Fue una fiesta inolvidable, a las 11 nos tomaron la presión a todos y un enfermero atendía sin costo a los que se sofocaban bailando.
El cardiólogo hacia bajar la presión de los más graves con pastillas sublinguales. Por suerte el aparato para electrocardiogramas no se uso.
Para tranquilidad de todos avisaron que una ambulancia del Same hacia guardia pasiva en la puerta del salón.
Junto con los souvenir, en un detalle realmente novedoso, (José es un detallista) a los que queríamos seguir tomando cerveza nos iba entregando pañales descartables.
¡Formidable invento esto de los cumpleaños de 70!
¡Y que se pongan de moda justo ahora, que todavía estamos hecho unos potros!

domingo, 22 de marzo de 2009













Córdoba en otoño (Zamba)


Las golondrinas dijeron adiós

y se llevaron el tiempo estival

el duende inquieto del atardecer

pinta las nubes de gris.

Dueño el otoño del verde final,

hermosa Córdoba de abril.

Duendes de luna lo vieron llegar

con el silencio de un amanecer

desde los cerros pintó su pincel

de amarillento el añil.

Fina lloviznas besando el cristal

mayo tristeza del jardín.

Córdoba en otoño, música del alma

tardecitas por la peatonal,

mientras el Suquía lento se retira

mirando de reojo a la ciudad.

Toda la gracia que encierra en tu ser

hermosa Córdoba otoñal.

Noche estrellada de límpido azul

la cruz del sur se apresura a partir.

Fría mañana anunciando que ya llega el otoño a su fin,

la tarde es tibia con besos de sol junio parece sonreír.

Pura de estirpe, de rico historial,

General Paz y Av. Colón

una muchacha sonríe al pasar

y tras sus paso me voy.Inevitable romance otoñal

vuelve a latir mi corazón.

Córdoba en otoño, música del alma

tardecitas por la peatonal

mientras el Suquía lento se retira

mirando de reojo a la ciudad.

Toda la gracia que encierra en tu ser

hermosa Córdoba otoñal.



Walter GalíndezRaúl y Fernando Montachini

El otoño es para mí la más bella estación del año en Córdoba y bien la describe esta canción y mejor cantada por Pablo Lozano. Una belleza!!!!

jueves, 19 de marzo de 2009

Yo misma me lo repito...


No me interesa….

No me interesa lo que haces para ganarte la vida.
Quiero saber lo que ansías,
y si te atreves a soñar, en satisfacer el deseo de tu corazón.
No me interesa tu edad.
Quiero saber si te arriesgarías a parecer como un tonto
por amor, por tus sueños, por la aventura de estar vivo.
No me interesa cuáles planetas están en armonía con tu luna.
Quiero saber si has tocado el centro de tu pesadumbre, si las traiciones de la vida te han abierto, o si te has marchitado y cerrado por el miedo al dolor futuro.
Quiero saber si puedes sentarte con el dolor, el mío o el tuyo, sin intentar esconderlo, desvanecerlo o arreglarlo.
Quiero saber si puedes estar con la alegría, la mía o la tuya, si puedes bailar con locura y permitir que el éxtasis te llene hasta la punta de los dedos, sin advertirnos que seamos cuidadosos, que
seamos realistas, o que recordemos las limitaciones de los seres humanos.
No me interesa si la historia que me cuentas es verdadera.
Quiero saber si decepcionas a otros para serte fiel a ti mismo, si puedes soportar la acusación sin traicionar a tu propia alma.
Quiero saber si puedes ser fiel, y por lo tanto ser confiable.
Quiero saber si puedes ver la belleza, aún cuando no sea bella todos los días, y si puedes originar tu vida desde su presencia.
Quiero saber si puedes vivir con el fracaso, el tuyo o el mío, y no obstante pararte a la orilla del lago y gritarle a la luna "¡Sí!"
No me interesa saber en dónde vives o cuánto dinero tienes.
Quiero saber si puedes levantarte después de una noche de pesar y desesperación, cansado y golpeado hasta los huesos, y hacer lo que se tiene que hacer por los niños.
No me interesa quién eres o cómo llegaste a estar aquí.
Quiero saber si te aceptaras el desafio sin rehuir.
No me interesa en dónde o qué o con quién has estudiado.
Quiero saber qué es lo que te sustenta desde adentro cuando todo lo demás desaparece.
Quiero saber si puedes estar solo contigo mismo,
y si verdaderamente te agrada la compañía que buscas en los momentos vacíos.


Oriah Mountain Dreamer

martes, 17 de marzo de 2009

"Cuando creías..."


...CUANDO CREIAS QUE YO NO ESTABA MIRANDO...
Un mensaje que todo padre y adulto debe leer recordando que los niños están atentos a lo que hacemos y a lo que decimos.

"... CUANDO CREÍAS QUE YO NO
ESTABA MIRANDO..."

Cuando creías que yo no te estaba mirando...
...te vi colgar mi primer dibujo en la heladera y corrí a hacer otro...

Cuando creías que yo no te estaba mirando...
... te vi poner alimento en la tacita del gato y aprendí que es bueno cuidar a los animales...

Cuando creías que yo no te estaba mirando...
... vi lágrimas salir de tus ojos y aprendí que algunas veces las cosas duelen, pero que está bien llorar...

Cuando creías que yo no te estaba mirando...
... te vi hacer mi postre favorito y aprendí que las cosas pequeñas son las que hacen la vida especial...

Cuando creías que yo no te estaba mirando...
... te escuché hacer una oración y supe que hay un Dios al que siempre puedo acudir y aprendí a confiar en Él

Cuando creías que yo no estaba mirando...
... te sentí darme el beso de las buenas noches y me sentí amado y protegido...

Cuando creías que no te estaba mirando...
... te vi dar de tu tiempo y tu dinero para ayudar a gente que no tenía nada y aprendí que los que tienen deben ayudar a los que no tienen.

Cuando creías que no te estaba mirando...
…te vi cuidar nuestra casa y a nosotros y aprendí que debemos cuidar de lo que nos ha sido dado.

Cuando creías que no te estaba mirando...
... aprendí de ti las lecciones de la vida que necesitaba:
... como ser una persona buena y productiva...
... como decir” mucho " con tan sólo una sonrisa...

... Te miré y quise decirte...
"gracias por todas las cosas que vi cuando creías que yo no te estaba mirando".

No nos olvidemos...
TODOS NOSOTROS
PADRES, HERMANOS, AMIGOS... INFLUIMOS EN LA VIDA DE LOS NIÑOS QUE TENEMOS A NUESTRO ALREDEDOR AUNQUE PENSEMOS... QUE NO NOS ESTAN MIRANDO...

domingo, 15 de marzo de 2009

¿No es mejor sonreir?















«Son necesarios cuarenta músculos para arrugar una frente, pero sólo quince para sonreír»
{swami sivananda}
SIVANANDA, un profesor y gran líder espiritual hindú, deja bien claro que es mucho menos cansador ser simpático que antipático

jueves, 12 de marzo de 2009

Para mantener la sonrisa

LA VIUDA

Francisco invitó a su amigo Carlos a esquiar. Cargaron todo en su camioneta, y se fueron a Las Leñas.
Apenas entraron en Mendoza, el tiempo se puso muy feo. El cielo se oscureció, empezó a soplar un fuerte viento inesperado para esa época del año, y los primeros ramalazos de aguanieve sacudieron el vehículo.
En ese momento vieron las luces de una estancia sobre la ruta. Sin dudarlo, enfilaron hacia la casa para pedir refugio.
Salió a recibirlos una mujer vestida con pantalones y camperón que no lograban ocultar su esbelta figura, con los cabellos rubios ensortijados húmedos.
-"Acabo de dar una vuelta para controlar que todo está en orden", explicó, "y veo que esta noche vamos a tener una fuerte tormenta". Pero sucede que yo he quedado viuda hace pocas semanas, y si los dejo dormir en mi casa temo que la gente hable, es algo que no me gusta para nada y que no me conviene."
-"No se preocupe, señora," dijo Francisco. "Nos basta con que deje que metamos la camioneta en las caballerizas que se ven al lado de la casa. Podemos refugiarnos ahí para pasar la noche. Nos iremos a primera hora de la mañana".
La señora aceptó, ambos hombres se dirigieron a las caballerizas y se acomodaron para pasar la noche. No bien despuntó la mañana se encontraron con que el tiempo había aclarado, y viendo que en la casa estaba todo en silencio y con las persianas cerradas, se marcharon.

Ese fin de semana ambos disfrutaron de lo lindo esquiando en Las Leñas.

Nueve meses después, Francisco recibió una carta inesperada enviada por un estudio jurídico. Se devanó los sesos pensando de quién podía tratarse, hasta que al fin se dio cuenta que era de los abogados de esa atractiva viuda que habían conocido aquel fin de semana en Mendoza.
Subió a su camioneta, y se fue a casa de su amigo Carlos.

-"Carlos, quiero preguntarte algo", le dijo. "Te acordás de esa viuda tan buena moza de..."

-"Sí, me acuerdo", respondió de inmediato el otro.

-"Decime la verdad: esa noche, mientras dormíamos en la camioneta, te levantaste y ¿fuiste a la casa a verla?"

"Sí", confesó Carlos, algo avergonzado al haber sido pescado en falta. "Sí, lo hice."

-"Por casualidad le diste mi nombre, haciéndote pasar por mí, y le diste mi dirección como si fuera la tuya?", preguntó Francisco con voz incrédula.
Carlos enrojeció.

"Sí, lo siento, viejo; yo tenía en la billetera la tarjeta que me habías dado cuando te mudaste, le di ésa. Vos no tenés compromisos, vivís solo, sos más canchero para defenderte en caso de problemas...
"Se encogió de hombros. "¿Por qué, pasó algo?"

"Murió el mes pasado, y me dejó toda su fortuna".

(Pensaste que el final iba a ser diferente, eh? Ahora mantené esa sonrisa por el resto del día).

martes, 10 de marzo de 2009

Contaminación



¡Basta!!! Las bolsas están destruyendo el medio ambiente

El impacto ambiental que significan las bolsas descartables es realmente preocupante. En la actualidad, se calcula que hay más de 5.000 mil millones de bolsas dando vueltas por nuestro país, que no sólo contaminan mares, costas y campos, sino que también obstruyen desagües y drenajes en las ciudades. Además, amenazan la vida de numerosas especies que mueren al confundir las bolsas descartables con comida.
Lamentablemente menos del 1% de las bolsas del mundo se reciclan. Esto se debe a que sus costos superan con creces la materia básica con la cual se fabrican las bolsas de polietileno.
Las bolsas de papel parecieran ser una solución inocua, pero la realidad es que los bosques cultivados que existen en el mundo no alcanzan para producir el material base con el cual se podrían sustituir las bolsas de polietileno. Si optáramos por esta alternativa estaríamos provocando aún más daño que con las bolsas descartables mismas.

Las 3 erres:

Reducir: es modificar nuestro comportamiento de consumo, aumentando la cantidad de elementos que colocamos en las bolsas cuando hacemos las compras. Por ejemplo: en los supermercados, incorporemos 1 o 2 productos más dentro de cada bolsa. Al final de la compra habremos ahorrado varias de ellas.

Reutilizar: Es aprovechar los elementos que ya han sido usados para que aún puedan emplearse en alguna actividad secundaria. Siguiendo el ejemplo, cada vez que vayas al supermercado o verdulería, trae tu bolsa. De esta forma tu aporte con el medio ambiente resultará más que significativo.

Reciclar: Es el proceso por el cual los productos, cuya vida útil ha concluido, son recuperados y transformados otra vez en materiales o bienes útiles. Como por ejemplo: vidrio, plástico, aluminio, metales, papel y cartón. En nuestro país se realiza el reciclado de papel para la generación de cartón.

Esta es una campaña que lleva a cabo una importante cadena de supermercados de mi ciudad. La campaña que originalmente comenzó en alguno de los locales, hoy se extiende a todo el país.
Porque sabemos que es primordial que entre todos generemos un cambio. Otras de las alternativas que proponen es la adquisición de bolsas de atractivo diseño, livianas y lavables, realizadas con la tela de los carteles que quedaron en desuso de los locales.

sábado, 7 de marzo de 2009

A eso

A eso...

A eso de caer y volver a levantarte;
de fracasar y volver a comenzar;
de seguir un camino y tener que torcerlo;
de encontrar el dolor y tener que afrontarlo…
A eso, no le llames adversidad,llámale:
Sabiduría.

A eso de sentir la mano de Dios y saberte impotente;
de fijarte una meta y tener que seguir otra;
de huir de una prueba y tener que encararla;
de planear un vuelo y tener que recortarlo;
de aspirar y no poder, de querer y no saber;de avanzar y no llegar…
A eso, no le llames castigo,llámale:
Enseñanza.

A eso, de pasar días juntos radiantes;
días felices y días tristes;
días de soledad y días de compañía…
A eso, no le llames rutina,llámale:
Experiencia.

A eso, de que tus ojos miren y tus oídos oigan;
y tu cerebro funcione y tus manos trabajen;
y tu alma irradie, y tu sensibilidad sienta;y tu corazón ame…
A eso, no le llames naturaleza humana,llámale…
Milagro Divino

A eso, de que tus ojos estén leyendo este mensaje,
y que tengas el tiempo para disfrutarlo,
que escuches esa melodía
y tengas esa sensación de cariño…
A eso, no le llames casualidad,
llámale…
Amistad
(Anónimo)

miércoles, 4 de marzo de 2009

La perfección de los números

Acabo de recibir este mail y me gustó para compartirlo.

La perfección de los números

1 x 8 + 1 = 9
12 x 8 + 2 = 98
123 x 8 + 3 = 987
1234 x 8 + 4 = 9876
12345 x 8 + 5 = 98765
123456 x 8 + 6 = 987654
1234567 x 8 + 7 = 9876543
12345678 x 8 + 8 = 98765432
123456789 x 8 + 9 = 987654321

1 x 9 + 2 = 11
12 x 9 + 3 = 111
123 x 9 + 4 = 1111
1234 x 9 + 5 = 11111
12345 x 9 + 6 = 111111
123456 x 9 + 7 = 1111111
1234567 x 9 + 8 = 11111111
12345678 x 9 + 9 = 111111111
123456789 x 9 +10= 1111111111

9 x 9 + 7 = 88
98 x 9 + 6 = 888
987 x 9 + 5 = 8888
9876 x 9 + 4 = 88888
98765 x 9 + 3 = 888888
987654 x 9 + 2 = 8888888
9876543 x 9 + 1 = 88888888
98765432 x 9 + 0 = 888888888

Y la frutilla del postre:

1 x 1 = 1
11 x 11 = 121
111 x 111 = 12321
1111 x 1111 = 1234321
11111 x 11111 = 123454321
111111 x 111111 = 12345654321
1111111 x 1111111 = 1234567654321
11111111 x 11111111 = 123456787654321
111111111 x 111111111=12345678987654321

lunes, 2 de marzo de 2009

¿Sabían que...?

Cuenta la leyenda sobre los deseos de ALEJANDRO MAGNO para su funeral:

1 - Que su ataúd fuese llevado en hombros y transportado por los mejores médicos de la época.
2 - Que los tesoros que había conquistado (plata, oro, piedras preciosas), fueran esparcidos por el camino hasta su tumba, y...
3 - Que sus manos quedaran balanceándose en el aire, fuera del ataúd, y a la vista de todos.

Uno de sus generales, asombrado por tan insólitos deseos, le preguntó a Alejandro cuáles eran sus razones. Alejandro le explicó:
1 - Quiero que los más eminentes médicos carguen mi ataúd para así mostrar que ellos NO tienen, ante la muerte, el poder de curar.
2 - Quiero que el suelo sea cubierto por mis tesoros para que todos puedan ver que los bienes materiales aquí conquistados, aquí permanecen.
3 - Quiero que mis manos se balanceen al viento, para que las personas puedan ver que vinimos con las manos vacías, y con las manos vacías partimos, cuando se nos termina el más valioso tesoro que es el tiempo.
Agrego,..el tiempo, es el tesoro más valioso que tenemos porque es limitado. Podemos producir más dinero, pero no más tiempo. Al morir nada material te llevas, te llevaras las buenas acciones que supiste realizar. Cuando le dedicamos tiempo a una persona, le estamos entregando una porción de nuestra vida. El mejor regalo que le puedes dar a alguien,...es tu tiempo.