martes, 28 de octubre de 2008

Mis hijos

Cuando escribí mi perfil puse que tengo cuatro hijos, es cierto, pero el mayor, Daniel, se suicidó hace un poquito más de 15 años. Yo tengo cuatro hijos, tres me siguen acompañando y apoyando en esta vida tan maravillosa y que tiene tantas sorpresas y Daniel me acompaña desde mi corazón, lugar que ocupa hace bastante tiempo, cuando lo dejé de llorar y empecé a apreciar lo que tenía a mi alrededor. Reconociendo mi imperfección humana, acepté que ni mi profundo amor podía retener a mi hijo a mi lado; que lo que hizo fue su decisión, tal vez la más importante de su vida, y que detrás de ella había un motivo más que suficiente para que lo hiciera. Por lo tanto, lo respeté con el corazón aún hecho trizas. Ese reconocimiento me salvó de mi destrucción como persona ya que comprendí que cada uno de nosotros había actuado como sabía y mejor podíamos. De la mano de los papás de Renacer recorrí y aún recorro el camino de la vida, el camino que a Daniel le llevó 28 años transitarlo, a toda prisa, dejando tras de sí una huella imborrable e infinidad de mensajes que cada uno de los que lo sobrevivimos debemos ir descubriendo.
No es arrogancia sino más bien orgullo, si digo que recorrí este camino a los tropiezos pero con dignidad y que recuerdo a Daniel con alegría. Opté por recorrer este camino, amenazador y oscuro al principio, pero ahora iluminado por la decisión de hacerlo (aunque a veces cuesta) como persona única e irrepetible, como somos todos los seres humanos. Mis hijos son mi tesoro más preciado y ellos me permitieron descorrer el velo de mis ojos y ver lo maravillosa que es la vida, aunque nos siga trayendo sorpresas. Sinceramente, vale la pena!!!
En uno de sus libros René Trossero escribió:
"No dejes de marchar cuando no hay caminos,
deja que tus pies abran el tuyo.
Ni te detengas cuando se haya hecho oscuro,
ilumina tu andar con la luz que hay en tí mismo"

domingo, 26 de octubre de 2008

Encuentros


He vivido ultimamente tantos acontecimientos que me movilizaron que me cuesta hilvanar mis pensamientos. El 21 de septiembre nos reunimos todos los primos de parte materna (ya somos la generación de los viejitos) pero además de encontrarnos algunos despues de muchos años, nos acompañaron los hijos y nietos!!! Yo tuve la alegría de estar en compañia de mis hijos , nietas y yerno. En un momento llegamos a ser 70 personas y pusimos como título "El evento Rodriguez- Sánchez". Fue tan emocionante vernos despues de tanto tiempo y con la alegría a flor de piel y gastando unas cuantas zambas, gatos y chacareras. Prometimos reunirnos pronto, pero todavía me dura la felicidad del abrazo cariñoso y haber conocido sobre todo a los nietos y esposos o esposas de alguno de los hijos. Una experiencia única que la teníamos postergada y que por fin se cumplió con el regocijo de todos. ¡Que se repita pronto!!! No nos podemos perder ese contacto tan afectuoso y al que estábamos acostumbrados desde chicos. Un beso grande a todos los que compartieron conmigo ese día de felicidad.Pipina

martes, 21 de octubre de 2008

Para quien no me conozca

Quería aclarar que ha veces hay cambios en la firma del escrito. Es que desde que nací me llamaron Pipina, a tal punto que ya grandecitos mis hermanos le preguntaron a mi mamá cual era mi nombre!!!! Hace poco tiempo y al empezar a hacer cosas diferentes era necesario que usara mi nombre real y no el apodo pero estoy tan encariñada con él que a veces se me escapa al firmar. Ya me estoy acostumbrando a que me llamen Pilar....

UFFFFF!!!!!!

Que trabajo me dió poner mi foto!!! Tuve que pedir ayuda a mi hijo y con toda la velocidad que los chicos se manejan con este aparato que es la computadora me resolvió el problema. Gracias Nico, ya que además tuvo que recortar la foto y lo hizo a su tiempo pero LO HIZO. Tengo la impresión que ni se asoma cerca de donde estoy con mi computadora para que yo agilice mis neuronas ya que en cuanto algo no me sale como lo tenía previsto prefiero desistir. Pero cuantas cosas nos enseñan los jóvenes y a veces estamos tan enfrascados en nuestra manera de actuar que no nos animamos a los cambios, por lo menos es lo que estoy viendo que me sucede a pesar de creer tener una mente abierta. Pero los tiempos corren con más velocidad y los cambios son más repentinos y si no me propongo marchar al nuevo ritmo quedaré a la "retranca" como decía mi abuela. En mi infancia nos conformábamos con la radio y ahora los bebés ya nacen con el control remoto de cualquier aparato electrónico en la mano, y no me quiero perder este enriquecimiento que es compartir la vida con gente más joven.
Pipina 22 10 08

jueves, 16 de octubre de 2008

Siento nostalgias!!!!!!!

Lo que escribí a continuación lo leí en algun lugar, se desconoce el autor pero me ayuda mucho en este momento en el que estoy un poco asustada a enfrentar la realidad que estoy viviendo (ya hace un tiempo considerable). De todos modos como no quiero aflojar hoy comienzo las clases de FOLKLORE y comparto lo siguiente:
¿Miedo?

Muchas veces tenemos miedo…
Miedo de lo que podríamos no ser capaces de hacer,
que podrían pensar si lo intentamos.
Dejamos que nuestros temores se apoderen de nuestras esperanzas.
¿Por qué?
Después de todo sólo vivimos una vez.
No hay tiempo de tener miedo.
Entonces basta.
Hacé algo que nunca hiciste. Atrévete.
Nada está escrito. Nada está hecho. Ni siquiera lo imposible.
Todo depende de nuestra voluntad.
De esa fuerza que nos sale de adentro.
De decir “sí puedo” a cada desafío.
No seas sólo un espectador. Exígete más y más.
Corre cada día un poco más lejos.
Salta cada día un poco más alto.
Conviértete en tu propio ídolo.
Tus respiros se llenaran de logros y tu vida de sentido.
Están los que usan siempre la misma ropa.
Están los que llevan amuletos, los que hacen promesas, los que imploran mirando al cielo, los que creen en supersticiones.
Y están los que siguen corriendo cuando le tiemblan las piernas.
Los que siguen jugando cuando se les acaba el aire.
Los que siguen luchando cuando todo parece perdido.
Como si cada vez fuera la última.
Convencidos que la vida misma es un desafío.
Sufren pero no se quejan.
Porque saben que el dolor pasa. El sudor se seca.
El cansancio termina.
Pero hay algo que nunca desaparecerá, la satisfacción de haberlo logrado.
En sus cuerpos corre la misma sangre.
Lo que los hace diferentes es su espíritu.
La determinación de alcanzar la cima.
Una cima a la que no se llega superando a los demás.
Sino superándose a uno mismo.

Autor desconocido

martes, 14 de octubre de 2008

Historias de chupetes

Mientras espero la llegada de dos bebés a mi familia, disfruto, como siempre, en observar a los niñitos más grandes. Días pasados, en la cola de una caja del supermercado, estaba una mamá con su nena de unos 2 años (más o menos), ojos negros enormes que me miraban con asombro (según Nicolás, los hipnotizo), con un chupete en la boca.
-¡Que hermosa nena que sos! le digo, ¿me das el chupete?
Inmediatamente me lo entregó y nos miramos con la mamá tan asombrada como yo. Por lo bajo se lo entrego por las dudas lo necesitara más tarde. No volví a verlas y no se cómo habrá resultado.
A los días, en mi trabajo, bastante automático, muchas veces me encuentro volando con mis pensamientos y a veces me sorprendo de lo lejos que llego. ¿Cómo estoy aquí, pensando estas cosas?
Uno de ellos es: ¿Fue traumático para mis hijos dejar el chupete? Parece gracioso el pensamiento pero ¿cuántas veces hemos tenido que recurrir a trucos para desterrar el chupete de la vida de los niños?
Pienso que para Daniel y Ana Laura pasó desapercibido, con Nicolás no resultó tan terrible, pero Marcela nos hizo la vida imposible con su relación con ese accesorio. Vivía con el chupete en la boca y había que tener varios de repuestos en distintos lugares, carteras, mesita de luz, guantera del auto, etc. En ese entonces no había farmacias que atendieran las 24horas, así que había que tener siempre uno guardado. Su costumbre era comer un bocado de comida y ponerse el chupete, hasta que un día el Kuky (su papá) le dijo:
-Si no dejás el chupete te lo quemo.
Y como hizo caso omiso a la advertencia y se llevó una cucharada de puré y detrás se puso el chupete en la boca, su papá se lo sacó y delante de todos lo quemó con el encendedor. ¡Los ojos de Marcela no podían creer lo que veían!!!
Pero por fin basta de chupetes para ella.
Con Nicolás fue menos dramático. Ya había pasado la edad recomendable para el uso del chupete y Marcela, (por ese entonces estudiante de odontología) siempre me increpaba sobre cuando iba a quitarle el chupete a Nicolás. Un día ella tomó la decisión y lo tiró a la bolsa de basura ¡Sí, a la basura que al ratito la llevó el basurero! Yo pensé que estaba bromeando y que lo tenía escondido en algún lugar ya que era el único chupete en la casa. Pero no.
-No, no hay más chupete, fue su única explicación.
Gracias a Dios no hubo demasiado llanto por parte de Nicolás.
Eugenia (vecina, hermana de los Mellis, ahijada de Armando y como de nuestra familia) también tenía un apego especial por el chupete. Un día su mamá le prepara el bolso para que fuera a la casa de sus abuelos, suben con la Lela al taxi y por supuesto Euge con el chupete en la boca. En algún momento del viaje se le cae el chupete sin darse cuenta, y rápidamente la abuela aprovecha para esconderlo. Cuando bajan en la casa junto con todos los bolsos y el taxi parte, Eugenia se da cuenta que no tenía el chupete, a los gritos le pide al abuelo que corra tras el taxi para recuperarlo. Tras una corrida, más de teatro que de realidad, vuelve el Lelo haciéndose el cansado, sin poder haber alcanzado al taxi con el chupete supuestamente dentro de él. La abuela por un tiempo lo guardó, por las dudas, pero nunca más lo pidió.
Y finalmente otra historia que recuerdo es la de Virginia, mi nieta mayor, también con su chupete adherido a su boca. Estaban de vacaciones en casa, en Córdoba. Nicolás tenía una tortuguita regalo de Marcela a la que Virginia tenía ¡terror! Un día en un descuido deja el chupete sobre la mesa, lo escondo y le digo:
-¡Virginia! ¡La tortuga se lleva tu chupete!
Sus ojos de asombro me hicieron recordar los de Marcela. Pero yo se lo di a su mamá, por las dudas… pero no hizo falta, se olvidó de él.
Lamento no recordar o haber participado de otros abandonos de chupetes.
Sería lindo que si alguien recuerda de manera graciosa cómo dejó el chupete lo comparta.
Estos son los lindos recuerdos y pensamientos que me acompañan mientras hago cucuruchos, que quien los probó aseguran que son… ¡riquísimos!

Pilar 11-10 05

Ya no hago más cucuruchos, me jubilé pero sigo recordando y recopilando historias de chupetes mientras ahora espero mi 4º nieto “Manuel”. Su mamá, odontóloga puso en practica una teoría y es que cuando nace un bebé tiene que tener un solo chupete y cuando ya es mayorcito lo deja solo porque a esa altura la pobre goma está podrida y ese fue el caso de mi nieta Valentina. Otra historia me la recordó mi ahijada “Pato”, ella también era grandecita e iba a todos lados con su chupete cuando en una reunión en mi casa se le acerca una señora mayor y diciéndole:
-¡Qué feo, una nena tan grande con chupete! trató de sacárselo, quedándose con la argolla en la mano y la goma del chupete dentro de la boca de la pobre Pato.
Ella sí sufrió mucho haber perdido su chupete, hubo largas noches de llanto hasta que al final, como todo, se acostumbró.

Pilar 14-10-08

Recien tomo conciencia de cómo pasó el tiempo!!!!!!!!!!!!!!

domingo, 12 de octubre de 2008

¿Estamos en primavera?

Ayer un calor increíble y hoy día frío, una tenue llovizna, digno día de otoño en Córdoba, pero resulta que estamos en primavera según el calendario. Lo mismo hay que disfrutar sin fijarnos en las estaciones. Hagamos una fiesta en honor por estar vivos

Estoy investigando

Siempre quise tener mi propio rincón dónde escribir lo que me sucede e investigando con mucho cuidado logré hacer mi blog. No se si me acordaré de actualizarlo, ya veremos. Pipina