sábado, 3 de octubre de 2009

Buen fin de semana

La llave (Jorge Bucay)
Marta vivía en una casa en las afueras de la ciudad. Estaba por firmar un contrato muy importante con una empresa que le aseguraba su futuro, y había trabajado todo el fin de semana en ese contrato para que todo llegara a buen término. Ese día, como lo hacía habitualmente, despidió a sus hijos y a su esposo, que se iban a realizar sus tareas diarias, agarró sus cosas y salió.
Cuando salió, se dio cuenta que se había olvidado el contrato dentro de la casa. Cuando se dio vuelta para abrir la puerta, se dio cuenta que se había olvidado las llaves adentro.
El contrato y las llaves habían quedado adentro de la casa.
Desesperada porque no podía hacer firmar el contrato, empezó a forzar la puerta para ver si podía entrar. Estaba angustiada, ya que había trabajado durante años para llegar a ese momento, y ahora una puerta le interrumpía el paso.
Intentó forzar la puerta, hacer palanca...
Y no tuvo éxito. Tampoco había alguna ventana abierta por donde entrar.
Entonces, empezó a gritar. Llegó el cartero y le preguntó qué le pasaba. Marta le contó toda la historia.
Entonces, el cartero comenzó a ayudarla, pero no pudieron abrirla. La puerta no cedía.
- ¿Y su marido?, preguntó el cartero.
- Mi marido está en otra ciudad y no tengo como encontrarlo.
El cartero le preguntó si no tenía otra llave.
- Sí, mi vecino -contestó Marta- pero tuvo la mala idea de irse un fin de semana afuera.
El cartero le sugirió romper la puerta. Marta le dijo que no era conveniente, ya que ella debería irse y la casa quedaría abierta.
Entonces, el cartero le propuso ir a buscar a un cerrajero, pero Marta se opuso porque necesitaba abrir la puerta en ese mismo instante. Volvió a patear la puerta, pero no pudo abrirla.
Resignado, el cartero le dijo que lo lamentaba mucho, le dejó una carta y se fue.
Cuando el cartero se fue, Marta volvió a patear la puerta, pero no se abrió. Lloró
desesperada ante la imposibilidad.
Marta se sentó en el escalón de la puerta de entrada y abrió la carta que le había dejado el cartero. Era de su hermana. Marta se emocionó. La hermana le contaba en la carta lo bien que la había pasado el fin de semana con su familia.
"Te escribo esta carta para decirte que me sentí muy cómoda con tu familia... pero también para pedirte disculpas. Cuando estuve en tu casa, un día llegué más temprano y como no podía ingresar le pedí la llave a tu vecino. Y en un descuido me olvidé de devolverte la llave. Dentro del sobre te envío la llave que me olvidé de devolverte".
La historia de nuestra vida tiene que ver con la historia de Marta : hasta cuando vamos a golpear las puertas, hasta cuando vamos a seguir llorando por aquellas puertas que no se abren.
Tenemos que empezar a confiar que la llave va venir a nosotros si dejamos de golpear.


8 comentarios:

María dijo...

Buen cuento para reflexionar ...

Muchas gracias, un abrazo y buen fin de semana.

Pipina dijo...

LADY: gracias me encanta ver esos pies bailarines.Besos Pilar

Unknown dijo...

Gracias Pinina por este relato esperanzador.
Un beso grande.

SILVIA dijo...

HOLA PILAR, QUE MARAVILLA DE CUENTO Y ES VERDAD LO QUE DICE LO VIVI EN CARNE PROPIA, Y UN DIA ME RELAJE Y EMPEZARON A VENIR DE APOCO LAS COSAS¡¡¡¡¡¡¡¡¡
SIEMRPE GENIAL TU BLOG, UN ABRAZO GRANDE

Pipina dijo...

HORACIO: qué lindo verte, me alegro que te haya gustado, un beso.Pilar

SILVIA:estamos tan estructurados que a veces creemos dominar todas las situaciones pero es como decís , un día hay que relajarse y las cosas empiezan a mejorar.Hermoso verte siempre.Besos.Pilar

Anónimo dijo...

Es cierto: no sabemos esperar. Sería necesario que con frecuencia dejemos todo, nos sentemos y...vivir.
(Yo aporreo la puerta con frecuencia y con fuerza. Luego me doy cuenta pero soy tan "bruta" que no aprendo)
Un beso

Rafael Humberto Lizarazo Goyeneche dijo...

Hola, Pilar...

Qué relato ta bonito, muy humano y con una ejemplar enseñanza que nos deja mucho para reflexionar:

No busquemos la felicidad en lugares extraños, busquémosla en nuestros corazones.

Las cosas siempre están más cerca de lo que creemos...

Abrazos.

Pipina dijo...

CAMY: es que somos por naturaleza ansiosos y todo tiene que solucionarse "ya" a veces me pasa lo mismo.Gracias por estar.Besos Pilar

RAFAEL:qué lindo verte con nuevo diseño!!! y es cierto, buscamos las cosas lejos y están más cerca de lo que imaginamos.