domingo, 16 de noviembre de 2008

"Renacer"

Morir Daniel y encontrar la “magia” de Renacer fue una sola cosa, hace un poco más de 15 años. Y nunca me fui del grupo. Aunque el grupo no se adhiere a ninguna religión, eso que llamo "magia" es la chispa divina que Dios puso en nuestro interior cuando fuimos concebidos y a la que recurrimos para trascender el dolor. Es el"espíritu indómito" del que nos habla Viktor Frankl.
“Magia de Renacer” y sí… es mágico, como es mágico el clima que se logra en cada reunión, donde nadie sabe ni más ni menos que otro papá, sólo la experiencia extrema de perder un hijo.
¿Cómo nos presentamos? Sin máscaras, poderes, dinero, ni profesiones. ”Algo” flota en el ambiente que hace que cada reunión sea especial, porque cada uno de los que participan son especiales, sobre todo cuando compartimos nuestras vivencias y nos damos cuenta que no estamos solos.
Empatía dicen algunos… ¿no habrá algo más? Por eso hablo de magia.
Bien interpretado el mensaje de Renacer, éste no admite orgullo, ego o superioridad. No debe haberlo ante semejante crisis existencial.
¿Cuál sería la respuesta a esta magia?: la autenticidad y el amor a borbotones, que se respira aún en medio de tanto dolor y que los que estamos hace mucho en el grupo participando más calmos y más serenos podemos sentirlo, con la tranquilidad de haber recorrido un camino espinoso, largo, tortuoso, pero aliviado por las manos que nos sostuvieron y que nos siguen sosteniendo en muchos casos porque sí… la vida continúa. La vida siempre continúa, aún después que nosotros muramos, la vida continuará. Renacer es un cofre, un cofre que un día Alicia y Gustavo abrieron y nos invitaron a que cada uno lo hiciese con las llaves del corazón, por eso tiene magia. Nadie puede abrirlo por nosotros y allí encontraremos un lugar de paz para el espíritu, un lugar de homenaje a todos los hijos.
Renacer es una invitación a despertar esa parte espiritual y mirar de frente a la vida, sin especulaciones y sin prejuicios, sin soberbia por haber logrado algo impensado en los primeros momentos.
¿Qué cabría añadir? Que Renacer nos ayuda en ese despertar, a no seguir dormidos sólo con la intención de sobrevivir. Nos enseña que el secreto es compartir penas y alegrías. Sentir a cada papá parte de un todo. Darnos cuenta que solos no podremos no sólo transformar este dolor primitivo tan lacerante en AMOR, sino transformarnos como seres humanos desde las fibras más íntimas de nuestro ser.
Madre Teresa de Calcuta dice: “Hay que dar hasta que duela… luego dar un poco más y el dolor pasa”.
En Renacer el dar no duele, es el remedio más infalible que tenemos a nuestro alcance: DAR AMOR A MANOS LLENAS.
Posiblemente estas palabras sean repetitivas, a lo largo de los años fui escuchándolas e internalizándolas y ya son parte de mi manera de ver la vida. Es así que puedo disfrutar de ayudar en otras áreas. Por último quiero aclarar que Renacer es un grupo de ayuda mutua para padres que enfrentan la muerte de hijos. Pilar

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